jueves, 25 de junio de 2009

20 años...

¿Y donde se escaparon los 20? Mi vida envuelta en la vida misma. Tantos momentos que no voy a olvidar, tantas alegrías que recuerdo y que hacen que aparezca una sonrisa cuando estoy triste. Tantas tristezas que me ayudan a entender que la vida es hermosa y este juego es personal. Tantas despedidas, tantos amores que se van, dejando una marca en el corazón. Tantas noches celebrando el estar en ese mismo momento con mis amigos, tantas charlas, tantos levantes de peso, tantas felicitaciones. Si hay algo de lo que no me arrepiento hasta ahora es de estar con ustedes y pasar tantos momentos juntos, tantos viajes, tantas salidas, tantas reuniones.
Una simple salida a comprar facturas se puede volver un momento de risa e inolvidable con anécdotas. Tantas tardes y noches ensayando, tantas otras festejando. Partidos de futbol perdidos, un torneo que ganamos invictos. Veranos en san bernardo, inviernos en alguna provincia tomando mates, sentados a orillas de algún muelle, lago, fuego o lo que sea que tengamos cerca. Y charlar… charlar de todo lo que se nos venga a la mente, es como si nunca faltaran temas, como si siempre hubiese algo para decir, algo por conocer del otro.
Tantas cosas cambiaron, ayer en el colegio hoy en la facultad, cinco años teniendo a mi amigo al lado mío sentado y desde hace 2 años que esa persona es diferente cada cuatrimestre, tantas personas que fui conociendo. Cada uno un mundo distinto, de cada persona me llevo algo, de cada una aprendí algo. Esas mañanas tomando clases de materias que no me interesaban sino fuera por esas personas hubiesen sido horribles.
Como dice la canción, tarde o temprano raja toda amante. Muy cierto, lastima cuando se llevan una parte de uno, pero el juego es así, no hay amor sin dolor, no hay tristeza sin felicidad. Siempre hay algo de lo que aprender de cada experiencia, y lo bueno es saber que pueden volver a suceder y que para la próxima hay que mejorar para no lastimarse uno mismo y no lastimar a la otra persona. Y por sobre todo a aprender a no querer jugar primero sin saber las reglas, no sea que te lleves una desilusión.